MÁLAGA Y LA AXARQUÍA
DONDE NUNCA ES INVIERNO
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Málaga marinera en su litoral donde nunca es invierno; de vocación serrana, tierra adentro, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Pueblos blancos de hermosa arquitectura, envueltos en románticas leyendas, ponen su punto de luz en los recónditos valles donde la vida discurre plácidamente. Y desde la alta sierra la mirada abarca el horizonte hasta perderse en la inmensidad
azul del mar.
Entre el mar y la sierra discurre la historia de esta peculiar provincia, cuya capital fue testigo del despegue económico y cultural del mediterráneo occidental. La Malaka fenicia se convirtió en un próspero centro comercial. Tras la invasión musulmana del siglo VIII, su territorio se arabiza, se integra, más tarde, en el reino nazarí de Granada y vive un nuevo periodo de apogeo comercial y cultural.
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“La sierra se asoma al mar, entre pueblos mediterráneos y mudéjares.”
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La provincia malagueña cuenta con más de 160 kilómetros de franja costera. El mar Mediterráneo baña directamente un total de 14 municipios malagueños. Es posible acudir a enclaves escondidos donde la naturaleza más pura rodea el ambiente, o espacios más turísticos y consolidados. Tanto la zona oriental de la provincia, como la occidental disponen de playas tan atractivas que han hecho de la costa del sol un destino de primer orden mundial.
La Axarquía malagueña, cuya capital es Vélez-Málaga, asciende desde el mar hasta alturas que alcanzan los 2000 metros y se pueblan de viñas y olivos.
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En el litoral, la sierra se asoma al mar, entre pueblos mediterráneos y mudéjares, donde el visitante encuentra una inagotable oferta gastronómica. El pescado menor (boquerones, salmonetes, jureles, calamares y calamaritos) presentado en fritura, es el símbolo de una cocina de sencilla elaboración exquisito paladar. Un sabor especial ofrecen las gambas de la bahía, las chirlas y las cigalas cocidas o a la plancha.
En el interior de la provincia, se elabora una exquisita chacinería y platos de recio contenido: choto al ajillo, chivo frito, liebre… El gazpacho, se prepara en Málaga de múltiples formas: ajoblanco, porra antequerana, gazpachuelo… Los vinos de la tierra, de pasas y uva moscatel y el Pedro Ximénez tienen fama internacional.
Todo un universo de sabores, que el visitante podrá disfrutar en esta milenaria tierra.